Nada se tira todo se transforma

Ramiro Cairo, de 38 años, dedica parte de su tiempo a la música y está casado con Diana Egurza (35), editora en un canal de televisión. Anna Ayerza (32) es maquilladora y convive con Lucas Averbuj (31), iluminador y realizador de animaciones en 3D. Más allá del amor y la amistad, estas parejas tienen otras cosas en común; por lo pronto, como diría la psicóloga inglesa Margareth Boden en su libro La mente creativa, "la facultad de combinar información para obtener algo nuevo y útil". En una palabra, creatividad. Después de ocho años de conocerse, en enero último los cuatro crearon Doméstico Diseño, empresa que se dedica a recuperar artefactos de uso doméstico que quedaron olvidados en algún rincón. Cairo recuerda que, hasta entonces, "cada uno hacía cosas por su cuenta. Pero observábamos que en nuestras casas habitaban objetos que habían cumplido su ciclo útil y seguramente podrían revivir de otra manera. Tanto nos interesó el asunto que transformamos una vieja licuadora en lámpara y una tele en espejo. Ahí decidimos lanzarnos con Doméstico".



Del licuado a la luz



El primer objeto que crearon fue la Licualamp, una novedosa lámpara de mesa que utiliza las piezas originales, marca y color de la licuadora. El vaso es reemplazado por una pantalla de polipropileno, que ilumina con calidez y se adapta a todo tipo de ambientes. Acerca de la filosofía de trabajo, Averbuj apunta que "siempre tratamos de diseñar sobre la base del concepto que nos interesa transmitir. Buscamos todos esos objetos que alguna vez convivieron con nosotros, que forman parte de nuestras vidas, de nuestros recuerdos, y los recuperamos dándoles otra función, pero sin que pierdan su diseño original". Así, sus creaciones, o recreaciones, recuperan el pasado y unen generaciones. Egurza precisa que "las licuadoras representan las décadas del 40 y el 50, mientras que las televisiones remiten a las del 50 al 80. Esta coincidencia nos sorprendió y nos decidió a trabajar el concepto y a llevarlo al plano comercial". Las teles se componen de los frentes de los aparatos y conservan todos sus accesorios: perillas, logos y, en lo posible, su tono original. El tubo es reemplazado por un espejo, lo que da nacimiento a la Televisión-espejo. Otro modelo dentro del esquema pantalla chica es la Televisión-botiquín. En cuanto al origen de su materia prima, Ayerza comenta: "Recorremos las calles, las bauleras de los familiares y los volquetes. A esto lo llamamos arqueología urbana". Ella, como los demás, asegura haber desarrollado una sensibilidad especial ante lo que deja de funcionar y algunos tiran a la basura. Sus productos se comercializan en casas de decoración.




Más datos pueden obtenerse en http://www.domesticodsd.com.ar/



Fernando Gorza 7 de agosto de 2009

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