Argentina: yo te amo


BUENOS AIRES.- Como ciudadanos democráticos estamos a menos de veinticuatro horas de volver a decidir. De volver a elegir un Presidente Constitucional para nuestra Nación. De ejercer un derecho tan merecido como propio. Estamos a la puerta de una nueva elección que en varios aspectos definirá los rumbos de acción para nuestra querida Argentina.

Como personas y seres humanos pensantes y evolucionados estamos ante otra fantástica y única oportunidad: la de volver a ser protagonistas de lo que queremos sin divisiones, sin rencores, sin miramientos ni prejuicios hacia la opinión ajena. Con paz y amor.

Tenemos frente a nuestras narices la posibilidad de vivir en una Argentina renovada, joven, linda  y curada de odios. Basta de tener que ser “esto” o “lo otro”, de “deber” pensar blanco o negro. Basta de polarización porque sí, llegó el fin del discurso de trinchera de guerra, basta de la mentira de “tenes que jugártela porque si no, sos un tibio”.Podemos vivir en paz, podemos y tenemos que escuchar al otro y hacerlo parte de nuestra mesa, integrarlo a nuestro diálogo. Es el momento de “Ser con el otro”.

Tenemos que creernos más argentinos, más nación; pero una nación integrada y construida en los diferentes pensamientos e ideas. Ya pasó de moda atacar al otro porque piensa distinto. No va más la discusión sin sentido. Basta de falacias y argumentos que no se sostienen si no tienen la pelea detrás.   

 Somos mucho más que un índice, que unos cuantos aviones, que un contrato privado entre petroleras, que un impuesto, que “los muchachos de la Cámpora o “los nenes de Mauri”. Ya estamos para superar las mesas de café que dan cátedra del dólar blue o el “contado con liqui”. Nos formamos, estudiamos, trabajamos y nos esforzamos para superar la charla de si “un creído de Barrio Parque” gana la elección o lo hace un “trabajador del pueblo”. Esa dicotomía es obsoleta, antigua y pasada de moda.

Tenemos las mujeres más lindas, la avenida más ancha, todas las estaciones y climas, paisajes hermosos, la mejor carne, el vino más rico, un Papa Argentino, los mejores caballos, la tierra más fértil, los mejores profesionales, avances científicos, Universidades públicas y privadas, el futbol más lindo, historia, héroes… ¿y todo eso para discutir y “odiar” sin razón al que se le ocurre pensar distinto?...

Cuando este domingo vayamos a votar hagámoslo con amor y en paz sabiendo que estamos escribiendo nuestro presente, que somos personas que nos respetamos y estamos listos para amar en la diferencia. Sintamos en lo más hondo de nuestro corazón que podemos y queremos cambiar. Que necesitamos cambiar.

Y cuando salgamos del cuarto oscuro y depositemos el sobre en la urna, digamos y repitamos juntos una sola fase: Argentina: yo te amo.

Fernando Gorza 21 de noviembre de 2015 

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