La felicidad es una canción


ROMA - No recuerdo bien que tocaban pero era algo muy alegre. Una especie de clásico al ritmo de la salsa mezclado con un poco de “pop”. Cuatro latinos sobre un banco de Piazza Navona un día soleado en la primavera europea haciendo sonar a toda orquesta saxo, guitarra, acordeón y contrabajo en una de las plazas más hermosas y coloridas de Roma.
El sonido interrumpió la recorrida obligada entre los pintores callejeros, los imitadores de ocasión, algunos vendedores ambulantes y los artistas que ocupan cada metro y cada paso de ese centro de visita constante para los turistas.
Sobre uno de los costados el sol les pegaba sus últimos rayos y los hombres, conocedores de los tiempos de la Piazza, sumaban y sumaban “fans transitorios” al compás de la canción. Los tonos eran familiares, se pegaban al oído y de ahí a todo el cuerpo.
La canción siguió sonando en mi cabeza una vez que enfundaron los instrumentos y se dedicaron a recibir felicitaciones y saludos al paso con la majestuosa Fuente de los Cuatro Ríos como testigo de la ocasión.
Hoy veo la foto y recuerdo el ritmo de la música, el movimiento de la plaza, la alegría del viaje, la gente caminando, la bella Roma y sus calles y esos cuatro artistas viviendo la vida con la frente en alto, el sol pegado al cuerpo y el compás del son.
Fernando Gorza 17 de agosto de 2011
Foto: Victoria Pietroboni

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